
Y si bien no son muy duraderas y no afectan a todos por igual, la verdad es que los mayores trastornos que vivimos los seres humanos se evidencian en cambios anímicos, efectos gástricos, estados de ansiedad y trastornos en el sueño.
Frente a este fenómeno que viviremos el próximo sábado 14 de marzo, las consecuencias para la salud a causa de estas medidas no son evaluadas. Estos cambios de hora pueden ser muy útiles en términos de ahorro energético, sin embargo los costos desde el punto de vista de las personas no se miden. El hecho de atrasar la hora requiere de un período de adaptación del cuerpo, mientras tanto, las personas están somnolientas, agotadas o fatigadas, minimizando el rendimiento en el trabajo y aumentando la probabilidad de fallas.
Aquí algunas recomendaciones para que nuestro organismo se adapte más rápido a esta nueva realidad horaria y funcione de la mejor manera, lo antes posible, entre las que se encuentran:
Acostarse a dormir temprano, es decir antes de la medianoche; eliminar todos los ruidos y beneficiar la oscuridad durante el sueño; adecuar las comidas al nuevo horario; realizar actividad física en la mañana, y en el día, procurar trabajar con la mayor cantidad de luz natural posible.
En los trastornos que se generan hay factores individuales, afectando de un modo diferente a individuos madrugadores o noctámbulos y a quienes están sujetos a realizar actividades en horarios rígidos.
De todas formas es sabido que las personas se adaptan más rápido al horario normal (de invierno), que al de verano. Está comprobado que en el cambio a temporada estival este proceso puede tomar hasta 72 horas.
Y, ¿Qué pasa con las personas que trabajan en lugares cerrados sin luz natural?
Existen muchos trabajos que se realizan sin luz natural lo que tiene efectos a nivel de la exigencia visual y emocional, lo que se regula con cantidad y calidad de iluminación, diseño de los espacios y organización del trabajo. Hay normas claras y orientaciones para ello. La especialista enfatizó además que estos cambios no aumentan o disminuyen las horas de trabajo, recreación y descanso, porque el día sigue teniendo 24 horas. “El cuerpo necesita descansar, por lo que aquellos que creen que ganan horas, se lo están restando a las horas de descanso que el organismo necesita recuperar” finalizó. Terra Networks S.A